1.21.2011

QUERIDO PAPÁ (PARTE SEGUNDA)

Otra vez. Tengo la sensación de haber estado aquí antes. Un gran número de años. Ya no recuerdo cómo era . Sentimientos, reacciones, rebeldía, odio. Parece haber nacido todo de este sitio. Como madre Banca o padre Estado, son de la misma familia. Las sillas, el uniforme, la misma cara y el mismo pelele. Creo que la conversación de siempre. La pena, que hablamos idiomas distintos,aunque con idénticas palabras. El conflicto prevalece. No hay solución: o la muerte o nada.

Pero hoy el aire traía consigo un aroma distinto. Sin duda, algo he sacado en claro ¡Y tanto tiempo que no me sucedía! La luz natural es un tesoro, en estos días de focos y linternas. De pronto recuerdo el por qué. La voz muda de la conciencia colectiva me hizo olvidar, dejar de lado la razón de la mente crítica y el activismo pasional. Así pues, abandonamos la verdad para vivir en una cómoda certeza.
La idea de la justicia dejó de ilustrarse en las escuelas. Y es por eso que no sabemos reconocerla, a pesar de ser nuestro sino diario.

Somos la sociedad nacida en la censura. Hijos bastardos del relativismo. Vivimos en tierra de asfalto, donde practicar verdades es delito. El héroe está condenado, es por eso de la tragedia.

Hoy he vivido la censura de las palabras. Buen intento, pero la vida es verso, y más en las mentes románticas. Puedes disfrazarme, persuadirme, atarme al sistema. Puedes encerrarme, abrochar mi cerebro y subordinarme en el aula más fría. Pero mi prosa te desnudará, arrojará verdades con una gran carcajada, quemará tu coche. Traspasará cada muro y desobedecerá toda sentencia.

Mis palabras te llevarán a la anarquía.

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