12.26.2011

Soliloquio

En defensa de los injustos me declaro experta del amor, y del caos. El resto lo desentiendo. A decir verdad, el resto ni me importa.


Me sacia la inmensa existencia de las cosas pequeñas. Ser el lunar de tu espalda que aún no has descubierto. Un pájaro de arcilla al vuelo o el sonido de los violines afinando antes del concierto bastan para que siga dibujando el camino más torcido con pies locos y ciegos. Podría ser una arruga de tu cama trasnochada y mi espíritu quedaría más lleno que el de los vencedores. Soy artesana de detalles imperceptibles al hombre cívico. A veces soy un héroe libertino, y a  veces amante del miedo. A veces te miro cuando no te das cuenta.

Apenas me atrevo a escribir que ayer besaste mi mano, y que aparté la mirada, y sentí, que me desintegraba. A penas me atrevo a escribir que, entonces, te comprendí entero. Te comprendí incluso en mis expectativas. No me atrevo a escribir(te), ni si quera a pensar(te), que quiero que me agarres por la cintura. Fuerte. No me atrevo a hacer de esto verso.  Arranco de cuajo las flores de tu ombligo para sembrarlas en mi veneno. Y en mi agujero de ti guardarte. Por el momento  me perteneces, solo como el acento de la palabra imposible. Por el momento me asfixia el aire que te rodea, y la simple idea de hacerte literatura, o soneto. Por el momento, no me atrevo. No me atrevo a cuestionar que este corazón sin remedio quiera formar parte obediente del mundo.

Retiro lo escrito. Me invaden unas ganas hondas de ser literalmente incorrecta cada vez que te dirijo la palabra, se me subleva la saliva, se me arrebatan las ideas.  Por el momento, quisiera comprobar cada una de mis verdades con tu sexo.

12.10.2011

Playa San Juan


Hoy  anduve el camino de vuelta a casa, con:
los ojos descubiertos
el pecho abierto
y las manos desnudas

Hoy he visto al atardecer bajo el peso de mis párpados
y al mar en mi garganta

Hoy he visto un cielo ensangrentado
que se ceñía al castillo,
como queriendo evitar que se lo llevase la noche
como en duelo consigo
para que los pájaros siguieran volando
y para que no nos olvidáramos

Hoy he visto a los árboles dormirse
mecidos por el tenue viento de plata
como bailando al invierno de sexo amarillo
Y he visto su voz, y sonaba,
a la última esperanza

Hoy he visto una mesa de madera blanca
bajo un olivo. Y sobre ella
un taza que podía estar llena
de café, o de suspiros

Y  he recordado esos días
(aquellos en los que ni tu ni yo existíamos)
días en los que la mesa pequeña y astilla
era bosque insurrecto

Curioso, o no
hoy te he visto:  valiente,
hombre, caos, deshielo.
Curioso, o no
hoy te he visto y he dejado de quererte
tanto y tan fuerte como te quiero

Hoy el frío me ha enseñado a los rehenes del día
y me ha desvestido en rojo
para salir de fiesta con la muerte
y he llegado tarde

Hoy he visto un libro vacío
he visto que sus páginas respiraban al ritmo de mis labios
era negro el libro, y de todos los colores
he visto su forma. Y su tacto
que podía ser como el de tus manos
o como el de un cocodrilo

También he visto que te restaba de sus versos

Hoy he visto al asfalto abandonado e inmenso
  llegaba donde llega el horizonte
 lo he visto agrietado por una rama en asomo
que  justo nacida, era más verde que tus ojos

Y he visto un gusano que sonreía
pues, sabía que en mil años
(después de tu y yo haber existido,
si  en algún momento existimos)
el uno será ruina, y la otra, vorágine

Hoy he visto;
a  un desconocido que apartaba la mirada
a  un perro sin dueño
a  un amante sin beso
 más libres que nunca, los he visto

Todas esas cosas, hoy, he visto
de vuelta a casa
y me he visto, en todas ellas
a mí reflejada

11.30.2011

Maravillosa cárcel


Me gustaría que fueras víctima de lo que callo, que te rindieras a mis aspiraciones más obtusas. Me gustaría tener razones para odiarte,  que no fuéramos lejanos como continentes o como estrellas, que fueras mi verdugo. Resultas vacío y existencia, aunque no lo suficiente como para empedrar tus murallas con dinamita. Esa mirada, que hoy al Sol era de miel, que casi asalto, me pesa en la cuenca del cerebro, en donde ningún hombre llega, aunque no lo suficiente como para convertirte en poema. Para ello, tienes que amarme lo justo, y humillarme lo justo, en desmedida. Para ello, tengo que probarte sincero y desnudo, aprobarte. Quisiera ser almohada para sorber tu sinapsis, envenenarte con mis sueños, hipnotizarte a base de versos del infierno. Y hacerte volar. Servirte caliente terror y deseo. Quiero ser el sudor que baña tu piel inconsciente, cabalgar por tus venas hasta dejarlas trémulas. Quiero matarte de mil maneras. Y cuando estés muerto, hecho pedazos, cuando seas un fracaso del  mundo, te recompondré ciego el cielo más azul que hayas visto. Y el más naranja, y el más negro. Entonces, te haré el amor del revés en praderas del pleistoceno, sin calma, ni ojos, ni ideas.

Aunque, por el momento, no correré a  las calles, que no puedo. Te maldeciré, por el momento, con prosa indebida. Hablaré de la muerte rutina hasta que se me caigan los dientes a un pozo. Pariré arañas peludas y ahogaré el deseo en miradas vagabundas. Por el momento, que ya se me antoja milenario, escucharé al ángel sin alas, que me susurra cuentos del delirio. Sembraré cada oportunidad con flores secas. Jugaré al ajedrez con el diablo. Seré, si no te compartes a los injustos, una cuerda de la guitarra del duende del desierto, la soga que anuda cuellos en desasosiego, un pájaro que no es pájaro, sino conciencia réptil, una madrugada en escarcha. Seré tu herida más grande. Me mudo, ipso facto, al planeta deshabitado de palabras, a la tierra analfabeta, para no escribirte y para no hablarte. Pues de qué sirven las conversaciones al aire si nadie entiende, si nadie expresa. Nada no expresado por nadie en cuartelaría de neón. La humanidad presa de cada victoria, los hombres asediados por sus triunfos. Y yo, diminuta en el alféizar de tu ventana, sigo remendando sonetos sobre cristal blindado. ¿Dónde están las personas que no veo cada día? -Indagando en la incertidumbre del laberinto-. No tengo el valor para ir tras ellos. No sé si hay algo peor que la falta de ensueño o la quietud de los cuerpos, que al fin y al cabo serán la misma cosa inmunda. A decir verdad, no sé. Cómo vas a ser suficiente sino te revelas al día, ni a la noche, si ni si quiera lo cavilas.

Ahora, vosotros que leéis, y escribís, y coqueteáis con lo imposible, podéis desechar todo lo que aquí habéis leído, y escrito, y todo con lo que habéis coqueteado. Pero no podéis olvidar, anónimos, que para la Luna, nadie tiene secretos. 

11.25.2011

Candy

Me gusta sentirme al borde… No, empecemos de nuevo.

Me gusta ser el borde del precipicio. El reloj se impone a las cuatro de la tarde, aunque aún no he visto la luz del día. Estoy cocinando, por fin me he levantado de la cama. La comida se quema, noto el humo ya casi en mis pulmones, pero necesito seguir escribiendo. Soy capaz de escapar de cualquier forma, excepto de mí misma. Por ser, soy capaz incluso de escapar a tu sonrisa.

Llego, con la certeza de los oscuro, a lugares que la autoridad ni si quiera sabe que existen. Llego entera a ellos y me desnudo. Me duermo, me entrego al sueño subversivo. Podría despedazar el cielo si me lo pidieras. Por lo que comprendo del deseo podría, con tu mirada en mi busca, desvelar esta noche ilegítima. Soy un alma interrogante. No entiendo el día maltrecho ni al viento que lo agita. No entiendo, ni quiero, más allá de la tierra oscura y húmeda, de aquella que alimenta al hombre y al gusano por igual. No sé nada, excepto que algún día moriremos, y que te quiero. Eso sí que lo sé. Sé lo que pasa si te vas. Sé que la poesía  conquistará, y que este escenario de muertos de miedo será olvido intransigente, una anécdota más que contarán los pájaros al almendro.

La humanidad se derrumba en su civilización proscrita. Y yo, por hoy, he terminado con el mundo.

11.15.2011

Un poema, a expensas de tu ausencia reincidente



Me concentro, en no ser nadie
al menos nadie con un corazón
de achaques subversivos

Me concentro, en dejar de lado las voces populares
de los espíritus libres,
en no escucharme

Me concentro, para no traspasar el límite
de las palabras
para no llegar a ser victoria, sobre los cuerpos estáticos
…y volar (para no volar)

Y arrastrarme por el subsuelo,
el de la tierra que late,
desoyendo el ritmo de los relojes dictadores

Me contengo, para no dejarme abandonada
del derecho social, civil
¡Que nos convirtamos todos en animales salvajes!

Me reprimo, y así no te beso
así no excederé de los regueros de sangre
sobre  papel, o sobre  teclado

Todo está permitido. Excepto;
pisar el césped,
o salirse del margen

Quisiera saber:

Qué es la vida
sin ideas, que la delimiten
sin palabras, que la enmarquen

Cómo se llega a las pasiones que arrancan, al hombre
de su chaqueta metálica
de su camisa de fuerza.
Y a la mujer que la arranquen

No las encuentro

Cuándo bailaremos, sin hacer caso de la noche
que se duerme ,
ni de la mañana
que nos despierta  intratables

Cuando tú quieras
cuando se manifieste el recodo
de tu sonrisa, y de tus labios.
Sí, cuando ellos se manifiesten

Dime, por qué
Por qué tanto empeño  en obedecer
cada camino de asfalto

Por qué las lunas
se suceden sedientas
y por qué se suceden las guerras también

Algún día

Me echaré al agua tibia, sin prisa
para buscar a los marineros, que no volvieron
de tan grande que era el horizonte

Y jugaré con ellos

Cambiaré mi cancela (de coacción)
amable
por acariciar el contorno, de lo imposible

Me desnudaré (claro que me desnudaré)
a  los momentos:
prolegómenos de la revolución sin banderas

11.13.2011

Texto de domingo

Afuera el cielo se hace estruendo, espontáneo. Podría ser uno de esos días perfectos en los que se acaba el mundo. El ruido, follando con las partículas que ensucian el aire, estremece los cristales de cada ventana, de cada cuarto amargo. Abiertas de par en par, como al infinito, dejan entrar al caos educadamente. Parece que han hecho buenas migas.

- Será una larga visita, de esas que te hacen perder el sentido de la intimidad- pienso, mientras me limito a contemplar la escena perpleja sobre mi cama de paja.

Aquí dentro, suena simple el aleteo de una mariposa ciega, que no encuentra la salida. Suena la nada más que nunca.  Y tras las paredes de esta jaula, ha desaparecido la música histriónica de los coches, de las sirenas, de la puta e infinita obra de enfrente (la de siempre), de las persianas que suben y bajan mareadas, y de los perros también. Hasta la música de las gentes ha desaparecido. Lluvia, suena la lluvia, aunque no se ve. Quizás sea el viento melancólico, confundido y enajenado (el de siempre). El pobre se ha enamorado.

Y en el primer instante de la última hora, se revuelcan en mi cabeza todas las ideas, de lo que quedó por hacer. De lo que nunca llegó a ser. Las ideas; que actúan como castigo del hombre, por ser hombre. Si por un momento pudiéramos, si por un momento dejásemos que fueran, sin duda desparecerían todas las religiones. Seríamos seres terrestres, descompuestos de aspiraciones y pasiones potenciales. No habría sueños en cautividad, sino reflejo directo de voluntad natural. No se lamentarían lo poetas locos en su lecho de muerte, de lo que vendieron al olvido internado. No tendrían miedo a perder la guerra de los ciudadanos.
No, si en el momento en que pudimos (debimos), hubiéramos desabrochado cada uno de los corazones revolucionarios. 

Me pregunto si aún hay tiempo para reescribir el libro perdido de la libertad individual.

11.10.2011

Verdades (a medias)

Hacia fuera miento
como todos mentimos,
y hacia dentro

Miento cuando te quiero cerca
porque me quiero más lejos que nunca,
más lejos que el mundo

Miento, al lidiar con tu sonrisa extranjera
miento a tus ojos delicadeza
y a la vida entera (miento)
Miento si digo que no le  extraño
desconocido,  inconfesable

Y miento a las calles, pasiva
las engaño con el remordimiento
de la paz social

No hay sublevación con mentiras,
como rosa sin espinas
sin tallos que siempre mueren,
porque han de morir
porque sin ellos en barro, no habría otros tallos

Tu sexo;  y mis mentiras.

Miento a las horas, tranquila
como si no hubiera espera
en agonía

Miento a la mañana
saliendo de la cama, y a la noche,
vuelvo autómata a ella, le grito:
que no es suficiente

Miento al pájaro que no escucho
a la naturaleza que no respondo
que nadie responde, como debiera

Miento cuando hablo y te digo:
que espero que no nos mintamos
Y quizás miento, al escribir esto

Pero, hay dos cosas a las que no miento,
pues  nadie sabe hacerlo:
a la vida, que atropella, y a mí
A mí tampoco me miento

11.06.2011

Desencuentro

El sol se ha desbordado. Chorrea a la montaña, descubriendo senderos intranquilos. Por más que me envenena la velocidad esclarecida de este martes, no dejan de verlo mis mejillas. Por un momento he visto a tu cara, a todas las caras. Qué más puede haber después de este estallido enloquecido. Parece que se coma el cielo. Confunde el horizonte con un remanso.
 Junto con las hojas rojizas del otoño caduco (el puto de siempre), las heridas de la tierra parecen, en esta tarde maldita, cobrar vida. Brillan, anuncian duelo, y besos del infierno. Y aún con todo fuego hecho añicos, sigo muriendo azul del frío. Somos apenas sombras en este vagón de sueños pasajeros.
Ensimismada, entre versos de destierro, me pierdo la huida de esta estrella reina. Me quedo; a solas con la noche prematura.

Me mece, me duerme. Me describo.


-         Si te has perdido, no te buscaré. Ni si quera en las palabras. Intrusos de la naturaleza, hemos muerto, en este mundo que se rinde al drama de los hombres por sí mismos. Tarde, te desalcanzo. Recuerdo al odio imperecedero, subordinada, al no desafiar los surcos de tu espalda. Soy lluvia, sin revolución. 

11.02.2011

Play it again, Sam


Que desaparezca el mundo, y lo que pueda quedar de él. A pesar de la vida, sufro una victoria porque estás con ella. Es en este momento cuando la rima se blinda a la corrupción. Hasta el Sol parece estático. Tenue y anaranjado dora los bajos techos de la ciudad.
Ahora la descansas, como haces conmigo. Y tumbada en la hierba, abandonada a la suerte del tiempo, os escucho, creo que con la piel y con la mano. Creo que con todo escucho. Incondicional te quieren los ojos tristes cuando la acaricias delicado y preciso. Me son intrusos entonces regueros de palabras: te escribiría entero si pudiera.
Inmediatamente me confieso libre enamorada del hombre, que al ser artista, es más hombre.
La susurras roto, calmando al aire y perfilando sus curvas populares. A veces me gustaría saber vuestro lenguaje, inmune, indiferente al gobierno del miedo. Pero no hace falta, no mientras resistas, mientras insistas en perseguir entonos, como practicando sueños.

10.30.2011

Amante y no dogma

Espero los días sin juicio. Días en que los sueños clandestinos se desnuden al sol. Te espero entre sábanas. Piel y hierba húmeda. Espero, bajo la sombra de un ciprés, respirar aire en llovizna. Y que mis pulmones se embriaguen de nuevas drogas, y de ti también que se embriaguen si pueden.
 El deseo intranquilo martillea mis sienes, subversivo. Pesa como pesa el mundo, cuestionando la palabra libertad. Y cuestionando también a los hombres que la estrangulan inocente, con garras y esmalte confusos.
Ahora somos lobos que juegan rendidos al olvido de las imposiciones, custodiados por la Luna, que se ve más grande y guapa que nunca. Que se ve enloquecida a las afueras vírgenes de ciudad. Allí no hay horizonte frontera que separe al cielo del mar, dos amantes desatados por la brisa y el salitre. Revolucionan las olas.

Vivir, viajando en un coche por senderos de asfalto inesperados, hacia donde el instinto nos lleve.


A todas las almas salvajes.

Bright star

 















10.23.2011

Las tres caras de la moneda


Te llevaste el siempre.
Desde entonces, ya no puebla nítida esa palabra mis ideas. No hay jugadas retorcidas en el sendero que lleva a las estrellas. No hay estrellas, desde el día en que nos asomamos a verlas. No, era el jazmín el que cubría el cielo marino, casi negro, un manto. Como lo eran tus brazos por entre mi cuerpo, enredado. Mis piernas temblaban, anunciaban drama de gargantas.
¿Dónde estás?
A veces revuelvo la memoria de tus ojos tristes, y furiosos. Canto a nuestro caos, como si aún permaneciese, establecido en el rigor de una muerte placentera. A veces te encuentro intruso en mi jardín. Sigo entre tus brazos. Es tarde, hemos vuelto a viajar a la Luna, a pesar de las nubes de almidón. A pesar de las noches putas y viejas, a pesar del odio acumulado.


Te buscaré al tacto, de la piel. Te encenderé noches anodinas. Te hablaré del infinito horizontal, ombligo con ombligo. Y te perderé en mi retina, para que bucees cada rincón.
Aunque, con un solo te, no se escriba prosa recíproca.


Me amaneces:
Suenas con alegría, dulce. Haces de las tardes un naranja, que no gris, aunque llueva. Enterneces mi contorno, al repasarlo. Velándolo con tus manos lo descubres, y deja de ser valles impares. Natural, me sorprendo entonando momentos, a tu ritmo. Delicadeza al compás.

10.18.2011

Una manta fría

Ya son meses los días
que enfrento el abismo de las hojas
vacías, de la tinta intacta
de las manos desertadas de pensamientos explosivos
Y de qué puedo escribir si apenas escribo
quizás sea
un espejismo del espíritu que esconde
la verdad más sangrienta, más honda
Que no es nada,
ni nada puede llegar a ser
mas que lo que es
Que no lo sé
Puedo, también hablar de ti
en estas zorras en que no nos recordamos
Por poder, puedo parafrasear tu sonrisa
pero aún no da señales la encina,
tampoco ella precipita sus hojas
al otoño
Es, presencia en mí
una quinta estación enfermiza:
la carencia
No me adueño de la valentía
la de las ramas de los árboles de la tierra negra
Tengo miedo, a caer en el delirio
el de la poesía radical, retornar
sumergirme a ciegas en tus ojos esclavos del claro

10.07.2011

Máximo superior

Forastera de papel blanco, en mitad de esta noche pasiva, intranquila, intenta (co)razonar los sinsabores. Poeta, vuelva a su poesía.

Estoy sembrada de espinas que arrojar al vacío, pero no me encuentran las palabras.Quizás no existan. Quizás las hayas robado tú, y el aire.

Dejando a un lado la prosa carencia acude a la cabeza el idioma más viejo del mundo. Me faltan esas palabras ágrafas, mudas. Eslabón de las causas perdidas. No me engañas, naturaleza, sé que aún te escondes por entre húmedos rincones. Los labios se recuerdan. Sexo primitivo, lenguaje y lengua indistinguidos, gemidos. Ruta de senderos salvajes, camino de la revolución. Sinapsis, fricción de neuronas y orgía de pensamientos: revuelta de sesos.

Las camas están vaciadas de debate, llenas de conciencia contaminada de carencia y faltas del piel con piel. Me pregunto cuál será el segundo último de este zulo. De estas calles que apestan a distancia entre los cuerpos. Ya no se roza, por decoro, manos y rodillas. Ya nadie besa, orejas, boca, ombligo... No hay lenguas caballeras dispuestas a hablar con sentido. Y al no haber, no hay miradas que desnuden al alma, ni si quiera que se asomen curiosas a ella. Tampoco hay voces que desentonen la frontera del dolor y el placer, arte de amar.

El dolor, que la modernidad individualista mide su entorno por el riesgo a aproximarse a éste. Sistema de observación mínimo inferior. Aférrate a la carencia y no perderás nada.

Nada, excepto tus manos.

8.14.2011

No es un chiste, que es una broma de mal gusto, una ironía del destino


Hoy es otoño el estío. No hay viento afinado entre ramas escondidas, ni hay sol, que dore la piel y aclare el pelo aliñado al salitre, despeinado al mar. Hoy no hay sol que enloquezca las flores, ni hay flores. La música es coro de verdades que entonan al descompás sinopsis cerebral, resintonizan. Entronizan. Donde todo excepto nada es equitativo, deslizo una sentencia acechante, irreversible. Preparo el terreno, revuelvo el verbo somero y los instantes en los que busco poesía para cosechar un desierto enchido en sinceridad. Absoluto. Hoy el tiempo se ríe del futuro, de mi muerte. Y de mi muerte inmediata también se ríe. Por reminiscencia cristiana o instinto animal la culpa me persigue como el tiempo, me encuentra, me encuentro. Hoy la vida no es suficiente.

7.26.2011

Poema S/N

No te encuentro en la noche adormecido
no veo los árboles bailar al estío.
La luz no es luz, porque se ha perdido
ausencia que late escarcha hasta la punta de los pies

No veo el gran óleo aborigen
mariposas de luto se cuelan en mi cuarto,
un imperio de alas sedadas
que cambiarían tres soles de verano
por cincuenta años de estaciones enfermizas

Me derrito, pues no es suficiente el sueño
flotando a la deriva de un mar embalsamado
Yo quiero ser tormenta y sumergirme
hasta lo más profundo del despertar, pesadillas
de carne y hueso, poesía

Pues de qué sirve una aspiración volátil
sino te hace tropezar en el camino más torcido
Parecen hoy las ideas juguetes de polvo a la espera
de un niño que comience la partida,
un hombre pobre con demasiado dinero, un mendigo
dos viejos conocidos que no saben, de qué hablar

La distancia entre pensamiento y tierra se torna
un abismo, amantes suicidas en el reflujo de la noche furtiva
Las agujas del tiempo alcanzan directas las calles vaciadas
de sentir grave, como flechas de indios. Salvajes

Aunque a lo lejos
un pirata tuerto avista huevos
huevos que agonizan parturientos, a lo lejos

Mientras soy,
dos ojos
un reflejo tenue y lunar
una roca que corona un acantilado que corona el mundo

7.10.2011

Hay un paso

Putos pies y manos, putos tus músculos ligeros graciosamente troquelados.


Odio tu piel difuminada por su calor y odio haberla tocado dos veces. Odio sólo recordar una. Odio tu pelo, nido fecundo de mis ideas de sexo y oscuras aspiraciones de amor. Odio tus pezones de niño y tu barbilla de niño, y tu risa de niño al que cuidaría. Te odio lejos, en cuna de insomnios ajenos. Nos odio en el reencuentro, arbitrarios y esparcidos en el tiempo, desafortunados. Aunque hoy es placer el que no respondas, así podré enredarme sin escrúpulos en esta pasión negativa y nadar en tequila hasta encharcar mis pulmones. Odio tu polla ausente de payaso. Tu mirada eléctrica, retina de hiel, tu mirada también la odio.

7.09.2011

Carretera perdida


Me llaman rabia y soy una mosca posada en el cristal trasero de un coche nuevo. Un dios pánfilo que observa a un matrimonio feliz discutiendo de camino a la nada. Necesito escribirlo, es la única especie capaz de odiarse a sí misma, hace tiempo que la palabra  "inhumano" dejó de ser un insulto. Hombre y héroe comienzan por hache, restos de alguna hazaña lejana que ahora sólo se escucha susurrada por la boca de algún posromántico. Los colmillos rasgando la luna trasera por un par de palabras inmortales son insuficientes, así que me saco las tripas para tatuarme este soneto de asfalto. Ahora soy un monstruo asustado. Vals de incomunicación y puñetazos, otra vez esta jodida velocidad. Seguramente una cita con el diablo sería más agradable, adoro las conversaciones desde el subsuelo. Pero estamos aquí arriba, a nuestra derecha alguien ha robado el horizonte. No sé donde acaba el cielo y empieza el mar, ni la diferencia entre mi cuerpo y este coche, ambos mugrientos de malos pensamientos. La carretera comienza a agrietarse, también grita, espantada por este puto sistema. Desaparece. El coche se queda suspendido en el vacío, mientras un ángel exterminador baja envuelto en nubes negras, sonríe con donaire. Antes de perdernos para siempre me duerme esta nana de la muerte. Paz. Por fin las estrellas campan a sus anchas.

7.07.2011

Ciencia fricción

Entonces sabes que es el momento de regresar. Aliento húmedo sobre la nunca, es el mal que vuelve a visitarte. Es la sonrisa de hiena, que te ha encontrado. O eres tú, que te dejas descubrir cristalino por supervivencia poética. Vuelves a la jauría de trasnochados, guerreros de las teclas y el desasosiego, compañeros de estética destrucción. Sólo encuentras el equilibrio con los pies sobre una cuerda sobre un caos. Pies sucios y fríos, pies calados en barro, agua y arena, pies al abrigo de besos solitarios. El marchitismo sublima al alma inquieta de romanticismo tardío.

Entonces sabes que es el momento de regresar. Y qué mejor manera de hacerlo que con un viaje, carnaval infinito. Rodeados de piedras milenarias y muchedumbre caduca encontramos el escenario perfecto para brindarle una sátira al destino. Recorres mi hombro y comienzo a oler el salitre de las cartas marinas. No podía ser otra que tu mirada felina, viejo gato. No podía ser otro que el lugar del sueño eterno bajo el sol, derrite la piel a tiras. Desmarcados del tiempo, en lo que una aguja recorre un reloj que recorre una muñeca presa. Es el momento de perderse en el delirio de la realidad presta. Nuestras manos se encuentran, ajenas a la distancia y a la falta de costumbre, comienzan súbitas el juego.
Te conocí anciano al llorarle a Dios y te desconocí. Nos reconocimos por ciencia fricción y el resto en silencio. Acabó como cada sueño, despertando o volviéndolo a dormir. Me precipité en tu sonrisa antes del ocaso, no había telarañas ni horas muertas de desazón. Te recorrí en cada calle y en cada plaza. Te recorrí sin prisa a deshora, descolgada de tus dedos en manos de titanes. La hazaña del terror troquelada en mármol y agua, en piel oscura y sangre caliente. Labios que volvería a poseer inmediatos. Día de perros callejeros despreocupados por lo que espera a la vuelta de la esquina, pues ya lo saben. Está astuta la muerte entonando una balada del rock enamorado. Sexo que dice hola y adiós, dulce contradicción.Ya van dos, dos taxis y dos despedidas furtivas. Ya van dos, dos sonrisas ensimismadas. Entonces sabes que es el momento de regresar.

5.31.2011

Tarde de perros

La revolución quita el hambre. En alerta todos los espíritus libres. Cerebros con diarrea de acción y mientras, la prosa se paraliza.  Imposible domar las manos en el teclado. No hay palabras cuando tu cuerpo está a punto de sublevarse, no hay. Al menos durante unos días. Parecía un microcosmos haberse puesto a la cabeza del mundo entero. Parecía que acompañaba al movimiento de la tierra ganando al Tiempo arrollador. Sólo un Sol abrasador podía hacer llegar el calor a los huesos. Insuficiente para los románticos el juego del fuego lento. Las ideas han follado y están tomando la calle.

 Pero fuera de la euforia, siguen los hombres solos. Es por eso que el espectáculo debe continuar.

Las noches que dan paso al verano se llenan de ángeles caídos. Y sin saber qué es lo que les ha hecho venir, si el calor, la música, o la soledad que hasta en ellos habita desquiciada, comienzan las preguntas. El caos visita mi cama. Nos saludamos con la misma sonrisa de siempre, viejos amigos suicidas. Sorprende con qué facilidad encontramos ternura en la destrucción. Bragas rotas y pies sucios. Vieja loba, almohada de angustia y resaca de ron. Llueve ceniza, y te conozco menos que ayer.

Y siguen las preguntas que perturban,  seducen, envenenan. Se siguen ansia y parálisis. ¿A qué huele el desasosiego? Supongo que a flores secas. Es una eternidad sin palabras, sin poesía oscura que haga de tu piel una hoguera. Un trovador sin lengua, o sin amante a la que agarrar del pelo. Soy yo ahogada en estos días interminables en los que la lluvia no te trae recuerdos a los que cantar. Quizás se nos haya olvidado cómo nadar en la tormenta.

5.14.2011

Amor a veces

    A veces te echo de menos- mierda
a veces te espero
a veces busco tu piel, como antes solía
 compás brutal y primitivo, como antes solía
sedienta de la tranquilidad que nunca me diste

A veces te quiero intransigente
 devoro en arrebato
a veces soy fuego al olor de tu sombra

En noches eternas como esta te comprendo en placer solitario
vestida en mis brazos vueles a vencer

A veces tu mirada amenazante me inquieta en su ausencia
 perdida en tu sonrisa agria
y en su anhelo constante de inexistencia

Tú, viento, a veces volvería a ser
sólo porque me envolvieras con tu aliento de peste y gozo
recordar aquella puta delirante y retorcerme de placer
y retorcerme de dolor

A veces retorno a la herida consciente
para saber que fuiste real
para que vuelvas a hacer de mí marea implacable de petroleros
siempre inquieta

A penas te vi aquella mañana de mayo

El resto del Tiempo te canto al odio,
deseo sincera tu muerte de ideas, amor

5.07.2011

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Imposible, qué palabra tan atractiva y destructora. Encierra una voluntad creadora de la que no puedo despegarme, ni quiero. Soy anhelo de la imposibilidad constante. Un ventanal de madera y vidrio. Madera pintada en azul húmedo e infestada por un ejército de termitas sigilosas. Vidrio frágil, tan fino que se estremece en cada sonido, expectante de vida sombría y poderosa. Una ventana a punto de estallar y ser balcón infinito, en cada momento, hacer añicos las caras de sonrisa hipócrita. Sin duda soy esa palabra trágica, tempestad dionisíaca. Fuego que nunca duerme, sexo furtivo. Espíritu grandilocuente alienado por el miedo, revolución de otoño sumergida en la inacción. Pretérito, condicional, futuro imperfecto. Una muñeca de papel contra el muro de acero, el de las verdades corrosivas, el de la vergüenza.
Todo ese embuste de los frascos pequeños... Nunca me gustó el perfume, prefiero el hedor a humanidad compleja. Mientras, la tierra es infestada por calles, de nosotros, de mentiras transgénicas. Avocados a la náusea asfixiante algunos pataleamos, como el cerdo un instante antes de su muerte productiva, alimenticia.
Pero si nos aferramos a este escenario de decorado industrial con garras guerreras es por la certeza de que lo bueno se esconde tras las luces de neón. A veces me resulta elitista el romanticismo de recrearse en la angustia, pero es inevitable ante la naturaleza muerta. El buen salvaje se ha convertido entonces en una especie de psicópata que reniega de su jaula de bronce.
La contradicción está servida, y atraganta.

4.26.2011

Canción prohibida

Dime por qué
¿Por qué te rindes al castigo de la razón
y dejas pasar su salvación de instinto?
¿Por qué desprecias la naturaleza que da la vida,
por la que mueren los hombres?

Fija tu mirada
en el horizonte contemplativo del sinsabor
me dejas abierta, hecha mar

Y el mar a la mar se irá,
de leones marinos
Mar de espadas carnales y abrazos potentes

Pero mar también se hacen mis ojos tibios
de melancolía del no ayer, y del no mañana
del hoy cansado

Ya no son fuertes y oscuros estos ojos míos,ya no son,
ya son claridades como las del cielo
al que aspiras
Así te quiebras en silencio
así me haces más loba tú, cordero

4.20.2011

Llueven palabras

Suceden los relojes, aplacando tu mirada implacable que nunca llega. El estruendo de la velocidad acecha. No hay tiempo para mirar las estrellas raptadas del cielo. Huele ácido, y el marrón de las naranjas anuncia muerte, irresistible, irremediable, irreparable. La sangre que se mezcla con el agua de la ducha parece torrente liberado, al mar de nuevo. Es el réquiem (por un mal sueño) de una vieja puta encerrada en cuerpo apenas adulto. Si bien no me he forjado ya me corroe la deformación, monstruo deconstruido que susurra demencia. Inquieta la luz del Sol si no has dormido la noche. La perversión es sutil tras una máscara de tristeza, aunque no por mucho tiempo.

 Bobadas, si cada uno estuviera en su sitio ya te habría encontrado. Incubo tu llegada rezando al techo de cal. Se me olvida parpadear engendrando locura disonante. Afino tu llegada que sin duda sonará acústica mientras enredo mis piernas, nudo infecto. Me congela tu mirada ausente, explosión de lujuria. Por eso me limito a las palabras sin eco, que se pierden en montañas de espinas y rosas. Por eso soy canción muda de anhelo y evasión. Conclusiones de una romántica en medio de la nada inquieta nunca pueden ser buenas. Suena entonces patética la esperanza de perder la razón y el despojo humano: ser (nariz, oreja, ojo, mano, lengua)

4.14.2011

Lamento líquido

Laura Libre. Libre para elegir con quién lidiar, libre para luchar, lentamente. Laura, que olía a laurel lírico, a lirios al óleo. La miel de la lengua le delataba. Laura lamía a Lucas, lila de lujuria. Le volvió lamentable su aliento caliente, pues Lucas le regalaba lealtad en neblina. Álito lúgubre le lapidaba en lastre. Laura leía ojos lamentables, color hiel. Sus alas no alcanzaban ya la Luna, no era loba templada. Laura Lasciva, a años luz del Sol, al relente. Aunque aún Laura, algunos lunes abalanzados, enlazaba la ley innata, linda estela libertaria.

4.12.2011

Economía de subsistencia

Queridos muertos (de miedo), es hora de hablar:

Es hora de decir lo siento. Siento no someterme. Siento que mi alma libre se subleve. Siento ser fiel a la esencia que perdiste hace tiempo. Justo ahora. Ya casi se me había olvidado. ¿Es victoria o derrota lograr eludirlo durante un momento? Vuelves a darte cuenta de la ilusoria verdad que te hacen fumar. Y tus pulmones putrefactos

Tu cuerpo ha perdido peso y andas ligero, burlón de los que tratan de asfixiarte. Garras de bestia. Aplastas los crueles corazones de esos pobres diablos. Te mueves en el vértice de la ola, retorciéndote en su espuma. Espuma de edredón sudado de amor. Casi bailas. A cada paso se ríen tus huesos.

Joder, un pequeño toque te recuerda que sigues con la corona de espinas, al cuello. Bastardos del mal, os devoraría si pudiera. Prendería fuego a vuestros cimientos de papel. Ahora quiero arrancaros una a una vuestras sucias ambiciones. Dejaros desnudos y helados. Más helados de lo que están ya vuestras manos, manchadas de sangre. Quiero arrojaros al mar de la conciencia, hogar profundo y escarpado. Sólo así vuestros ojos verán: Que las flores decrecen en el Valle de estiércol.

Ahora te daré caza. Sí, a ti, careta amable. Pienso despojarte de tu trono y tu reino. Pienso salvarte.

Dicen que en el amor y en la guerra todo vale, ¿Que vale entonces en la guerra del amor? -Supongo que esto sí. Me acecha nítido el horizonte en el que esta batalla es necesaria de derrota para ganar la guerra.

Dicen que el hombre maduro aspira a vivir humildemente sus ideales. Pues viviré humilde, y leal. Viviré generosa del pueblo libertario, canto infinito. Viviré eternamente. Y viviré cien veces esquivando las muertes cotidianas. Me llevaré las mentiras por delante, en atropello mortal. Viviré. Y no derrocharé ni un segundo en perpetuar la organización del mal. Pariré hijos de la revolución, alma negra y corazón esponjoso. Semilla primitiva. Cuando hayas muerto, cuando te contemples, serás escarcha. Cuando yo viva eternamente, en la Luna, eternamente, en la naturaleza que tantas veces mataste.  Tus intentos, ladrón del tiempo, habrán sido en vano. Dueño (de la nada) autoritario- ¿Sabes acaso que no se puede encarcelar a un animal?. Quiero que algo te quede claro: De nada servirá tu cultura del miedo frente a las barricadas de palabras.

Sólo cuando enseñes vida seguiré tus pasos

4.09.2011

Nana de día

Nunca me había asomado al mundo y la verdad es que da miedo. Estoy en la ladera del tiempo y solo pienso en tirarme, al vacío. Es lo más parecido a volar. Tiene que haber una fuerza que ponga todo en movimiento. Es eso que te arrastra, te empuja. Eso que ha hecho chocar nuestros cuerpos, de nuevo. Ya casi ni recordaba como me sentía, enredada en tu lengua. Devorar tu sonrisa era suficiente. Cuántas veces te arranqué lo ojos para que fueran sólo míos y cuántas veces los miré y no te encontraba. Pero cuántas veces me olvide de tí.
 Hace tiempo que no dejo a la lluvia deslizarse sobre mi cara, recorrerme el cuerpo. La piel respira mejor en esos momentos. Y sí, ahora. Ahora se que derretirse en el tiempo carece de significado, pues no se escuchan las flores. ¿A dónde vas a llegar si no recorres descalzo el camino?
Porque necesitas un escorzo para salirte del margen. Para rodar ladera abajo y adentrarte en la maleza. De qué serviría ser hombre si no sabes cuándo rendirte al instinto, que te hace ser lobo, y sentir la brisa de la Luna, y cantarle. Ser fiel a sus regueros de plata, celosos de vida. Para qué buscar la verdad si no dejas que te estremezca, qu te haga temblar. Como el poeta que mata y muere joven para ser siempre joven, yo quiero morir vieja, para sentir cómo la vida me devuelve  la tierra. Dicen que el camino de vuelta a casa siempre se hace más corto. Cuando tu pelo blanco se vuele y tu corazón se duerma sólo quedará reirse de lo que tantas veces pareció un broma.
Pero mientras, mientras dame la mano y te arrastraré conmigo.

3.24.2011

Ahora que no bastan las palabras


Tú, Pigmalión. Ya te sorbí las ideas, ¿ahora qué? Quiero seguir aprendiendo y quiero enseñarte algo. Te daré las respuestas que no supiste si te vuelcas en mi sonrisa. Tomará vida el mármol diario de atención y distancia. Te rozaré con mi piel helada en lo inmortal del instante. Ahora que no bastan las palabras.

Ahora que el tiempo corre más rápido que la vida. Ahora que los que viven no corren tras las verdades. Ahora que las verdades salieron corriendo.

Salieron para  perderse al infinito. Salieron volubles y fatales. Salieron de su reflejo de incertidumbre más que evidente. Salieron allá, a donde quiero ir yo con el instinto de un héroe y la gracilidad de una pluma.

Pluma mojada. Que pesa, que no vuela, que se hunde. Pluma que fue fuego, que es ceniza. Pluma negra desteñida por lejía y aguarrás

Lejía y aguarrás que recorre los ríos. Rápida, corrosiva, impasible. Lejía y aguarrás con pestañas postizas, pestañas airadas. Lejía que huele a dinero, sabe a dinero, mata por dinero. Aguarrás fulminante en vida.

Vida que tú enseñas con ojos profundos. Vida que despierta la mirada despeinada. Tú, Pigmalión. 

Pero,

Hoy eres pequeño y rencoroso
hoy te fuiste y me fui yo ya
hoy no está tu mirada risueña
hoy la mía no te busca

Hoy pasa el tiempo como siempre
pasa segundo a segundo, tiempo de moscas
pasa en la lascividad del tedio
Hoy vuelvo a casa, se evoca el eterno pasar

Hoy el cielo no es mar
hoy no habrá Luna, esta noche
hoy sus ríos de plata serán secos, oxidados
hoy los peces no brillan, son callados

Hoy de nuevo, no hay esperanza en esta hija de la nada.
Mañana, sí, tal vez mañana




3.20.2011

El árbol de la ciencia

Hoy he estado bajo el Sol. Un buen rato en un jardín pequeño, escuchando el sentido y los pájaros. Escuchando el paso de la gente y a mi vecino, que regaba las plantas. De vez en cuando me salpicaban gotas de agua fresca, por fin llega el buen tiempo. En lo estático de la contemplación apareció su hijo. No paraba de hacer comentarios y querer imitar al padre:

-Papá, ¿cómo se fabrican las plantas?
- Las plantas no se fabrican cariño, crecen de la tierra. Salen de los árboles para que luego de ellas salgan más árboles...

Sin aparentemente dejar un momento a la reflexión, el niño cambió de tema. Juegos, historias, incluso alguna amenaza de castigo. Casi una hora después el niño está de vuelta, trabajando en silencio.

-¿Qué haces hijo?
-Estoy plantando un árbol de chuches.

3.17.2011

Por un segundo

No siempre pasa. Y siempre deja de pasar. Pero hoy no es así. Catarsis, éxtasis, orgasmo orgánico. Es sentir la vida de la manera más natural. Pura y punto. Instintiva. Te aproximas a su esencia, casi la rozas con la punta de los dedos muertos de frío. Como decían, es luz. Abismo que captas al vuelo, que te capta al vuelo. Inmensidad de oxígeno que hace a tus pulmones creerse infinitos. Sentado en el alféizar de la ventana con los pies colgando, desnudos, la eternidad te columpia. El todo despeina tu mirada, que sonríe distraída en un punto muy lejano. Más lejos y más cerca que nunca. Reposan nubes en tus pestañas, haciendo de los ojos el agua más ligera. Tsunami imperceptible por el contexto, tan intrascendente ahora. Vuelca el interior sobre uno mismo. Se deshace el misterio de los segundos, por un momento.

Fuera ¿qué ha pasado fuera?  Tanto te alejaste de allí que encuentras extraña incluso esa rutina que automatiza. No se ha movido ni un ápice la pequeña vela que alumbra con ayuda de la tan eléctrica lámpara. Todo, donde solía estar. Cada foto, cada libro. Inmóviles, burlones los objetos. Pero todo a la vez imbuido de esa atmósfera que habita el aire momentos antes de la lluvia.

No hay preguntas. Parece que se está mejor descolgado del tiempo.

3.12.2011

LA CRUZ DE OCCIDENTE

¿Quién somos? ¿De dónde venimos? Y ¿A dónde vamos?

Éstas han sido las preguntas que han perseguido al hombre desde tiempos inmemoriales. Y sus respuestas son las que ha seguido éste, desde que tiene conciencia de ser. En definitiva, una batalla con  su entorno para escudriñar lo que esconde la verdad: el sentido de la vida.

Parece que el origen judeocristiano de Occidente y la fe que ello les procesaba fue suficiente para solventar estas dudas que, a unos más que a otros, quitaban el sueño. Con ello se construyó todo un sistema, el del terror, por el cual “lo escrito” era irrefutable e improfanable. Como era de esperar la sumisión analfabeta terminó por aprender a leer, entre líneas. De este modo la Verdad Absoluta hubo de amoldarse a las necesidades del terrícola, punto diminuto en el espacio infinito. Con ello el sueño comienza a tambalearse, la verdad se viene abajo, donde los “buenos” tienen los pies fríos.

Tan pronto como pasaron los siglos se corroboró la unión definitiva, la cruz que oprime las mentes que, quiero pensar, algún día fueron libres. Aunque quizás para esto hayamos de remontarnos a los tiempos del buen salvaje.
Y, como en un juego de ruleta rusa, Alea jacta est. Todopoderoso y el que todo lo puede, en la Tierra, configuraron una unión que determinaría la Providencia.

La razón fue tomada con tales ansias, que se les fue de las manos. Claramente, deprisa y corriendo no se consigue nada bueno. Superpotencias, teorías, industrias, muchas armas y mucha ambición condujeron a Auschwitz.

¿Y a partir de entonces?- La sumisión al caos. El reino del capital, hospedado en los cielos, sobre lobos sin manada.

Hemos llegado al ahora, y al entonces, y al pero. Hemos dejado de lado las preguntas primeras. Instaurados fuera del margen de la historia, en la guerra de la necesidad, hija de la Nada. Falta reflexión, eso es evidente.
Y es en este momento cuando el que puede saca las armas a pasear: Flujo Eterno y la Línea Omega enfrentados en la guerra de guerrillas. ¿Pero qué coño? Ésa es la pregunta del siglo XXI.

No hay corte en la historia, ni para el más beato salvación. Estamos  aquí, donde hemos llegado paso a paso. Después de un terremoto hay que limpiar y reconstruir, pero nos hemos instalado en los escombros: el bienestar del inconsciente. Una sauna adormilante, cómoda, que poco a poco encharca los pulmones. Un sentimiento de culpa tomado como excusa para la inacción, en la era del no ser.

Quizás sea momento de dejar de lado a Dios o a la Nada, al dinero o a la espiritualidad intrascendente. Quizás sea el momento de empezar a trabajar en la Tierra y para la tierra. En fin, nunca es tarde si la dicha es buena.