11.06.2011

Desencuentro

El sol se ha desbordado. Chorrea a la montaña, descubriendo senderos intranquilos. Por más que me envenena la velocidad esclarecida de este martes, no dejan de verlo mis mejillas. Por un momento he visto a tu cara, a todas las caras. Qué más puede haber después de este estallido enloquecido. Parece que se coma el cielo. Confunde el horizonte con un remanso.
 Junto con las hojas rojizas del otoño caduco (el puto de siempre), las heridas de la tierra parecen, en esta tarde maldita, cobrar vida. Brillan, anuncian duelo, y besos del infierno. Y aún con todo fuego hecho añicos, sigo muriendo azul del frío. Somos apenas sombras en este vagón de sueños pasajeros.
Ensimismada, entre versos de destierro, me pierdo la huida de esta estrella reina. Me quedo; a solas con la noche prematura.

Me mece, me duerme. Me describo.


-         Si te has perdido, no te buscaré. Ni si quera en las palabras. Intrusos de la naturaleza, hemos muerto, en este mundo que se rinde al drama de los hombres por sí mismos. Tarde, te desalcanzo. Recuerdo al odio imperecedero, subordinada, al no desafiar los surcos de tu espalda. Soy lluvia, sin revolución. 

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