10.23.2011

Las tres caras de la moneda


Te llevaste el siempre.
Desde entonces, ya no puebla nítida esa palabra mis ideas. No hay jugadas retorcidas en el sendero que lleva a las estrellas. No hay estrellas, desde el día en que nos asomamos a verlas. No, era el jazmín el que cubría el cielo marino, casi negro, un manto. Como lo eran tus brazos por entre mi cuerpo, enredado. Mis piernas temblaban, anunciaban drama de gargantas.
¿Dónde estás?
A veces revuelvo la memoria de tus ojos tristes, y furiosos. Canto a nuestro caos, como si aún permaneciese, establecido en el rigor de una muerte placentera. A veces te encuentro intruso en mi jardín. Sigo entre tus brazos. Es tarde, hemos vuelto a viajar a la Luna, a pesar de las nubes de almidón. A pesar de las noches putas y viejas, a pesar del odio acumulado.


Te buscaré al tacto, de la piel. Te encenderé noches anodinas. Te hablaré del infinito horizontal, ombligo con ombligo. Y te perderé en mi retina, para que bucees cada rincón.
Aunque, con un solo te, no se escriba prosa recíproca.


Me amaneces:
Suenas con alegría, dulce. Haces de las tardes un naranja, que no gris, aunque llueva. Enterneces mi contorno, al repasarlo. Velándolo con tus manos lo descubres, y deja de ser valles impares. Natural, me sorprendo entonando momentos, a tu ritmo. Delicadeza al compás.

6 comentarios:

  1. Sinceramente es un placer leerte. Gracias por escribir de verdad.

    PD: Tierra libertad...

    Firmado: Brecht...

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  2. Brecht, gracias por animarme a seguir escribiendo, lo mismo digo.

    Lost, es lo que nos hace falta, no?

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  3. Un besito muy grande. Miss u

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  4. Ardente et passionnelle déclaration malgré des traces de mélancolie profonde.
    J'aime beaucoup.

    Amicalement,

    Roger

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