9.30.2010

El día después

Si hubo un ápice de revolución en las horas previas del ayer, ya se ha desvanecido. Quizás algunos sonrían de melancolía. La sombra de la Luna fue negra, pero no lo suficiente, pues hemos despertado bajo el mismo Sol. Aunque no podemos hacernos los sorprendidos, era obvio. Los gritos se han ahogado en su eco, en su propio ruido, en la falta de fuerza, de organización, en la tardanza. Los gritos llegaron incluso afónicos por divagar en el camino y en el verdadero objetivo. Las banderas no ondearon en la misma dirección, incluso tropezaban unas con otras. Se hacían tropezar. Mala presencia y ausencias. Guardamos la esperanza en la elegancia de algunos pocos.


Hoy será el día después, pero aún nos queda el mañana.  Es por eso que respiramos bien profundo, cogiendo oxígeno del aire caliente, del ambiente combativo y del espíritu libertario.



1 comentario:

  1. Señorita, acabo justo ahora de leer todas sus entradas, y he de decirle que escribe usted muy bien, además tiene la rara habilidad, al alcance de muy pocos, de conseguir emocionar con sus escritos, siga así, y paciencia que dentro de poco habrá usted dejado "El Valle" de lágrimas para siempre, ya no habrá corbatas ni "buenos días",...abandonará usted para siempre la casa de Gran Hermano(supongo que se nota que acabo de leer su post "Hablan"). Ánimo.

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