10.28.2010

Pienso juzgarte



Parece ser que una de las pocas cosas que nos diferencian del resto de los animales es el juicio. 




Sin embargo exponer tu opinión acerca de alguien implica que siempre habrá una persona que te recuerde lo mal que está juzgar basándose en tal acto o comentario.


Es normal que ya no sepamos ni lo que decimos, demasiada información en nuestro cerebro y nada clara sin duda. 


Hemos eliminado sistemáticamente la diferencia entre prejuzgar y juzgar. Si todos aceptásemos que juzgar es incorrecto, y que tal acto solo pertenece a un especialista (como es en nuestro caso un señor juez) desaparecería el término "juicio razonado", pues quedaría relegado a una minoría muy selecta. Si tal término no estuviese relacionado con nuestra especie, esta perdería su naturaleza.


 Juzgamos nuestro alrededor para determinar nuestros actos, compañías, opiniones, ideas y posicionamiento ante un conflicto. Para defender y defendernos, para ejecutar y dejar que se ejecute lo correcto. Si doblegamos esta valor y noble facultad (en caso de ser bien utilizada) en pos de una convivencia anti-conflictiva, determinada por las decisiones de unos pocos licenciados, sin duda influidos por otros pocos, que ya ni si quiera licenciados, habremos perdido.
Nos habremos despojado de toda nuestra naturaleza. Y no seremos salvajes, sino preso-pensadores.


Nos enfrentamos sin duda a un vicio del sistema.



1 comentario:

  1. Genial post ante el que únicamente puedo aplaudir. Nos vemos el martes en la casa de los preso-pensadores, saludos.

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