3.07.2011

cuatro

Frágil, como la luz de los ojos que te llevas
recia como la nada
profunda como el ser, de los que ya no parece haber
 tu mirada voraz, gentil a la vez
impasible, mortal siempre en el fin, cuando dispones el ocaso

Y pesas a toda espalda, si no vas saltando, etérea
de sonrisa en sonrisa
¿cuántas caras te faltan por mostrar?
¡Y cuántas abofeteaste!
cuánta muerte, en cada uno de tus rincones, a la vista

Fuerte abrazo que asfixia -si tienes suerte-
dibujaría tu silueta, espiral o paradoja, bucle, si no fueras voraz
aliada fiel del Tiempo, dime
que no te ríes de mí, ni de él, ni de los que ya no ríen
Sentencias

Pasas con fuerza, bruta y sensual: amor aniquilante
te desparramas, te extiendes en el horizonte -¡haz que me pierda!-
ávida me diste este día de marzo, dime
¿qué será mañana? dime, ¿qué escondes?
O mejor, quédate callada


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