11.25.2011

Candy

Me gusta sentirme al borde… No, empecemos de nuevo.

Me gusta ser el borde del precipicio. El reloj se impone a las cuatro de la tarde, aunque aún no he visto la luz del día. Estoy cocinando, por fin me he levantado de la cama. La comida se quema, noto el humo ya casi en mis pulmones, pero necesito seguir escribiendo. Soy capaz de escapar de cualquier forma, excepto de mí misma. Por ser, soy capaz incluso de escapar a tu sonrisa.

Llego, con la certeza de los oscuro, a lugares que la autoridad ni si quiera sabe que existen. Llego entera a ellos y me desnudo. Me duermo, me entrego al sueño subversivo. Podría despedazar el cielo si me lo pidieras. Por lo que comprendo del deseo podría, con tu mirada en mi busca, desvelar esta noche ilegítima. Soy un alma interrogante. No entiendo el día maltrecho ni al viento que lo agita. No entiendo, ni quiero, más allá de la tierra oscura y húmeda, de aquella que alimenta al hombre y al gusano por igual. No sé nada, excepto que algún día moriremos, y que te quiero. Eso sí que lo sé. Sé lo que pasa si te vas. Sé que la poesía  conquistará, y que este escenario de muertos de miedo será olvido intransigente, una anécdota más que contarán los pájaros al almendro.

La humanidad se derrumba en su civilización proscrita. Y yo, por hoy, he terminado con el mundo.

6 comentarios:

  1. Sin palabras. Genial.

    Brecht..

    ResponderEliminar
  2. Así me gusta, un texto que lleva al límite, que arrolla, un fuerte grito de protesta contra lo mediocre... que, por cierto, me tiene bastante cansado.
    Un beso.
    HD

    ResponderEliminar
  3. Muy bueno Loba, me ha gustado mucho de verdad. Felicidades.

    ResponderEliminar
  4. Brecht, siempre el primero ;)

    HD, no nos queda otro remedio que seguir gritando. Un beso.

    Bigmouth, muchas gracias, nos leemos ;)

    ResponderEliminar
  5. probablemente uno de los mejores!te superas día a día
    admiradora 1ª
    maaa

    ResponderEliminar

Ladridos