3.12.2011

LA CRUZ DE OCCIDENTE

¿Quién somos? ¿De dónde venimos? Y ¿A dónde vamos?

Éstas han sido las preguntas que han perseguido al hombre desde tiempos inmemoriales. Y sus respuestas son las que ha seguido éste, desde que tiene conciencia de ser. En definitiva, una batalla con  su entorno para escudriñar lo que esconde la verdad: el sentido de la vida.

Parece que el origen judeocristiano de Occidente y la fe que ello les procesaba fue suficiente para solventar estas dudas que, a unos más que a otros, quitaban el sueño. Con ello se construyó todo un sistema, el del terror, por el cual “lo escrito” era irrefutable e improfanable. Como era de esperar la sumisión analfabeta terminó por aprender a leer, entre líneas. De este modo la Verdad Absoluta hubo de amoldarse a las necesidades del terrícola, punto diminuto en el espacio infinito. Con ello el sueño comienza a tambalearse, la verdad se viene abajo, donde los “buenos” tienen los pies fríos.

Tan pronto como pasaron los siglos se corroboró la unión definitiva, la cruz que oprime las mentes que, quiero pensar, algún día fueron libres. Aunque quizás para esto hayamos de remontarnos a los tiempos del buen salvaje.
Y, como en un juego de ruleta rusa, Alea jacta est. Todopoderoso y el que todo lo puede, en la Tierra, configuraron una unión que determinaría la Providencia.

La razón fue tomada con tales ansias, que se les fue de las manos. Claramente, deprisa y corriendo no se consigue nada bueno. Superpotencias, teorías, industrias, muchas armas y mucha ambición condujeron a Auschwitz.

¿Y a partir de entonces?- La sumisión al caos. El reino del capital, hospedado en los cielos, sobre lobos sin manada.

Hemos llegado al ahora, y al entonces, y al pero. Hemos dejado de lado las preguntas primeras. Instaurados fuera del margen de la historia, en la guerra de la necesidad, hija de la Nada. Falta reflexión, eso es evidente.
Y es en este momento cuando el que puede saca las armas a pasear: Flujo Eterno y la Línea Omega enfrentados en la guerra de guerrillas. ¿Pero qué coño? Ésa es la pregunta del siglo XXI.

No hay corte en la historia, ni para el más beato salvación. Estamos  aquí, donde hemos llegado paso a paso. Después de un terremoto hay que limpiar y reconstruir, pero nos hemos instalado en los escombros: el bienestar del inconsciente. Una sauna adormilante, cómoda, que poco a poco encharca los pulmones. Un sentimiento de culpa tomado como excusa para la inacción, en la era del no ser.

Quizás sea momento de dejar de lado a Dios o a la Nada, al dinero o a la espiritualidad intrascendente. Quizás sea el momento de empezar a trabajar en la Tierra y para la tierra. En fin, nunca es tarde si la dicha es buena.

2 comentarios:

  1. más vale tarde que nunca
    maa

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  2. El hombre es un animal más o menos civilizado según unos parámetros inventados por él mismo.
    Nuestro problema es que seguimos siendo animales que luchan por el territorio, por copular con el-la mejor, por la comida...
    La pregunta del millón es, qué es ser civilizado.
    Queremos serlo, de eso no hay duda. Nuestro problema, al que algunos nos rebelamos o los hacemos creer, es que no aceptamos lo que somos o seguimos siendo: unos animales que luchan por lo mismo que nuestros ancestros. La diferencia es que hoy el territorio es la energía, la comida son los manjares del mar y de la tierra, y copular con el mejor (dejémonos de diferencias de género) es poder vivir más años y con mejor aspecto.

    Me gusta el título de tu blog. Del blog en sí mismo se sobreentiende.

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