4.26.2011

Canción prohibida

Dime por qué
¿Por qué te rindes al castigo de la razón
y dejas pasar su salvación de instinto?
¿Por qué desprecias la naturaleza que da la vida,
por la que mueren los hombres?

Fija tu mirada
en el horizonte contemplativo del sinsabor
me dejas abierta, hecha mar

Y el mar a la mar se irá,
de leones marinos
Mar de espadas carnales y abrazos potentes

Pero mar también se hacen mis ojos tibios
de melancolía del no ayer, y del no mañana
del hoy cansado

Ya no son fuertes y oscuros estos ojos míos,ya no son,
ya son claridades como las del cielo
al que aspiras
Así te quiebras en silencio
así me haces más loba tú, cordero

4.20.2011

Llueven palabras

Suceden los relojes, aplacando tu mirada implacable que nunca llega. El estruendo de la velocidad acecha. No hay tiempo para mirar las estrellas raptadas del cielo. Huele ácido, y el marrón de las naranjas anuncia muerte, irresistible, irremediable, irreparable. La sangre que se mezcla con el agua de la ducha parece torrente liberado, al mar de nuevo. Es el réquiem (por un mal sueño) de una vieja puta encerrada en cuerpo apenas adulto. Si bien no me he forjado ya me corroe la deformación, monstruo deconstruido que susurra demencia. Inquieta la luz del Sol si no has dormido la noche. La perversión es sutil tras una máscara de tristeza, aunque no por mucho tiempo.

 Bobadas, si cada uno estuviera en su sitio ya te habría encontrado. Incubo tu llegada rezando al techo de cal. Se me olvida parpadear engendrando locura disonante. Afino tu llegada que sin duda sonará acústica mientras enredo mis piernas, nudo infecto. Me congela tu mirada ausente, explosión de lujuria. Por eso me limito a las palabras sin eco, que se pierden en montañas de espinas y rosas. Por eso soy canción muda de anhelo y evasión. Conclusiones de una romántica en medio de la nada inquieta nunca pueden ser buenas. Suena entonces patética la esperanza de perder la razón y el despojo humano: ser (nariz, oreja, ojo, mano, lengua)

4.14.2011

Lamento líquido

Laura Libre. Libre para elegir con quién lidiar, libre para luchar, lentamente. Laura, que olía a laurel lírico, a lirios al óleo. La miel de la lengua le delataba. Laura lamía a Lucas, lila de lujuria. Le volvió lamentable su aliento caliente, pues Lucas le regalaba lealtad en neblina. Álito lúgubre le lapidaba en lastre. Laura leía ojos lamentables, color hiel. Sus alas no alcanzaban ya la Luna, no era loba templada. Laura Lasciva, a años luz del Sol, al relente. Aunque aún Laura, algunos lunes abalanzados, enlazaba la ley innata, linda estela libertaria.

4.12.2011

Economía de subsistencia

Queridos muertos (de miedo), es hora de hablar:

Es hora de decir lo siento. Siento no someterme. Siento que mi alma libre se subleve. Siento ser fiel a la esencia que perdiste hace tiempo. Justo ahora. Ya casi se me había olvidado. ¿Es victoria o derrota lograr eludirlo durante un momento? Vuelves a darte cuenta de la ilusoria verdad que te hacen fumar. Y tus pulmones putrefactos

Tu cuerpo ha perdido peso y andas ligero, burlón de los que tratan de asfixiarte. Garras de bestia. Aplastas los crueles corazones de esos pobres diablos. Te mueves en el vértice de la ola, retorciéndote en su espuma. Espuma de edredón sudado de amor. Casi bailas. A cada paso se ríen tus huesos.

Joder, un pequeño toque te recuerda que sigues con la corona de espinas, al cuello. Bastardos del mal, os devoraría si pudiera. Prendería fuego a vuestros cimientos de papel. Ahora quiero arrancaros una a una vuestras sucias ambiciones. Dejaros desnudos y helados. Más helados de lo que están ya vuestras manos, manchadas de sangre. Quiero arrojaros al mar de la conciencia, hogar profundo y escarpado. Sólo así vuestros ojos verán: Que las flores decrecen en el Valle de estiércol.

Ahora te daré caza. Sí, a ti, careta amable. Pienso despojarte de tu trono y tu reino. Pienso salvarte.

Dicen que en el amor y en la guerra todo vale, ¿Que vale entonces en la guerra del amor? -Supongo que esto sí. Me acecha nítido el horizonte en el que esta batalla es necesaria de derrota para ganar la guerra.

Dicen que el hombre maduro aspira a vivir humildemente sus ideales. Pues viviré humilde, y leal. Viviré generosa del pueblo libertario, canto infinito. Viviré eternamente. Y viviré cien veces esquivando las muertes cotidianas. Me llevaré las mentiras por delante, en atropello mortal. Viviré. Y no derrocharé ni un segundo en perpetuar la organización del mal. Pariré hijos de la revolución, alma negra y corazón esponjoso. Semilla primitiva. Cuando hayas muerto, cuando te contemples, serás escarcha. Cuando yo viva eternamente, en la Luna, eternamente, en la naturaleza que tantas veces mataste.  Tus intentos, ladrón del tiempo, habrán sido en vano. Dueño (de la nada) autoritario- ¿Sabes acaso que no se puede encarcelar a un animal?. Quiero que algo te quede claro: De nada servirá tu cultura del miedo frente a las barricadas de palabras.

Sólo cuando enseñes vida seguiré tus pasos

4.09.2011

Nana de día

Nunca me había asomado al mundo y la verdad es que da miedo. Estoy en la ladera del tiempo y solo pienso en tirarme, al vacío. Es lo más parecido a volar. Tiene que haber una fuerza que ponga todo en movimiento. Es eso que te arrastra, te empuja. Eso que ha hecho chocar nuestros cuerpos, de nuevo. Ya casi ni recordaba como me sentía, enredada en tu lengua. Devorar tu sonrisa era suficiente. Cuántas veces te arranqué lo ojos para que fueran sólo míos y cuántas veces los miré y no te encontraba. Pero cuántas veces me olvide de tí.
 Hace tiempo que no dejo a la lluvia deslizarse sobre mi cara, recorrerme el cuerpo. La piel respira mejor en esos momentos. Y sí, ahora. Ahora se que derretirse en el tiempo carece de significado, pues no se escuchan las flores. ¿A dónde vas a llegar si no recorres descalzo el camino?
Porque necesitas un escorzo para salirte del margen. Para rodar ladera abajo y adentrarte en la maleza. De qué serviría ser hombre si no sabes cuándo rendirte al instinto, que te hace ser lobo, y sentir la brisa de la Luna, y cantarle. Ser fiel a sus regueros de plata, celosos de vida. Para qué buscar la verdad si no dejas que te estremezca, qu te haga temblar. Como el poeta que mata y muere joven para ser siempre joven, yo quiero morir vieja, para sentir cómo la vida me devuelve  la tierra. Dicen que el camino de vuelta a casa siempre se hace más corto. Cuando tu pelo blanco se vuele y tu corazón se duerma sólo quedará reirse de lo que tantas veces pareció un broma.
Pero mientras, mientras dame la mano y te arrastraré conmigo.