2.21.2011

tres

Huele a pasado
sobre todo en invierno.

Cae la lluvia
y caen los recuerdos a su paso,
cae cada momento, del eje del pasado

Permanece en el olvido, en mi eterno pesar
Pasan los segundos
que ya no serán. Ni en mil años

Pasan.
Como agua que corre por las calles,
como gorrión al vuelo que se lleva la mañana.

Y de todo lo que pasa
y de todo lo que corre
y de todo lo que vuela,

sólo duele siempre no trascender,
en lo que a ti trasciende
Resulta agobiante aproximarse a la nada
y no poder evitarlo


Resulta que allí no hay ni aire
ni oportunidades
No está tu mano, ni tu lengua
ni tu mala hostia


Abismo de miedos inconfesables,
legión de vicios oscuros, de muerte sabrosa
círculo dantesco y espiral alocada.


Arde.
Sigue ardiendo. Este infierno de tempestades,
inmoralidad, inconveniencia, imposibilidad:
aún no son cenizas que anuncien el fin,
de esta hoguera


Soy entonces un esmirro de la Fortuna
o un juguete perverso y pervertido,
del azar, ¡ah!
¡si diese vida a lo grotesco
de cada uno de mis pensamientos!

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Ladridos