2.28.2011

"Largo es el camino para los que..."

Un día más, nos amanece, irremediablemente y con la fugacidad de un parpadeo inconsciente.

No hay canto a la vida. No hay. No consigo enredarme por entre sus notas, ¿dónde estás curvilínea clave de sol?. No consigo notarlas.
Temo al tiempo y su velocidad...

Adéntrate en el delirio.

Las cosas suceden sobre uno mismo, en un túnel estrecho con apenas estrellas a las que brillar. La quietud se torna entonces aplastante, inexorable el presente y su puente hacia el futuro. Sórdida es la incapacidad de aferrarte a los segundos y hacerlos. No saber qué quieres, o si quieres lo que tienes, o qué te tiene. No escuchar las olas del mar, ni las pequeñas piedras que las acompañan en el tango infinito. Se hace imposible parpadear, como las mariposas, ya de alas viejas y rotas. Es la incapacidad de ver más allá del techo en aquellas noches en las que solías viajar. Dime tú, ¿Qué hacer si el Sol no te invita a seguir escribiendo, si incluso las tinieblas te han privado de aquel deseo y no queda más que una paz estática e inquietante?

¿Dónde está lo dulce de las palabras? No hay sitio para ello, se rinde éste al desasosiego.

Doblan las campanas, una tras otra, y nos hacemos pequeños, uno tras otro y unos con otros. Obligados a interiorizar la ironía, a naturalizarla. Perpetuar la organización del mal a base de desidia. Allí donde los que menos tiene duermen en cajeros. ¿Querría entonces más que nunca ser usted poeta? Sí.

Corro, corro, corro, pero no me muevo. La sangre bulle pero no se desborda. El canto llama a tu puerta, afina tu cerebro, como si de una guitarra española se tratase. Es canto pero no pájaro que vuela. Amamantados de una perversión inútil, involutiva, el ocaso de los dioses miserables nos da de respirar. ¡Grita! Y entonaré el coro más hermoso.

Dime amor, ¿Hay ángel alguno? ¿Quedan acaso después de la guerra brazos que abracen, labios que besen? ¿Dónde está el aullido del lobo, la voz de los arboles?


Espera, parece que por aquí asoma...

2.21.2011

tres

Huele a pasado
sobre todo en invierno.

Cae la lluvia
y caen los recuerdos a su paso,
cae cada momento, del eje del pasado

Permanece en el olvido, en mi eterno pesar
Pasan los segundos
que ya no serán. Ni en mil años

Pasan.
Como agua que corre por las calles,
como gorrión al vuelo que se lleva la mañana.

Y de todo lo que pasa
y de todo lo que corre
y de todo lo que vuela,

sólo duele siempre no trascender,
en lo que a ti trasciende
Resulta agobiante aproximarse a la nada
y no poder evitarlo


Resulta que allí no hay ni aire
ni oportunidades
No está tu mano, ni tu lengua
ni tu mala hostia


Abismo de miedos inconfesables,
legión de vicios oscuros, de muerte sabrosa
círculo dantesco y espiral alocada.


Arde.
Sigue ardiendo. Este infierno de tempestades,
inmoralidad, inconveniencia, imposibilidad:
aún no son cenizas que anuncien el fin,
de esta hoguera


Soy entonces un esmirro de la Fortuna
o un juguete perverso y pervertido,
del azar, ¡ah!
¡si diese vida a lo grotesco
de cada uno de mis pensamientos!

2.16.2011

dos

Ni una palabra
Parecen derretirse las horas
en el reloj,
en un latido

Pasa el tiempo
como pasa la vida
Pasa cada momento
que contamos

Sólo es aire
que nos roza la piel
que no notamos

Pasan los segundos
por entre las palabras
Pasan y se pierden
en el horizonte

Pasan allá
¡a lo profundo, a lo oscuro!
Pasan al olvido
que no es vida ni es momento

Sólo aroma dulce
que nos roza los sueños
que no olemos

Morimos con cada momento,
que pasa
duerme el reloj al latido
Ni una palabra, silencio



2.13.2011

Metamorfosis

Ojalá pudiera dedicarme a contar una por una las estrellas del cielo. Quisiera detener el tiempo y disfrutar del mundo, durante un rato. Llegar a una cueva secreta, en lo más profundo de la más escarpada montaña, y hacerla mía. Y que mi hogar fuera el parnaso. Quiero también regresar a la infancia que todo hombre añora, jamás sentí tal melancolía. Pasear por la naturaleza, y serla. Recoger las más bellas flores y disponer de cada momento para contemplarlas mientras secan al Sol. Así las dibujaría en mi mente de manera eterna. En este lugar a veces te veo en las formas más hermosas.

Mis pies se convierten en pezuñas sobre la tierra viva y fresca, sienten cada grano de arena. Corro hasta caer exhausta. Desapareció el concepto de satisfacción, pues ya está saciada. Ni si quiera existe memoria que recuerde la utopía. Nariz y boca son ahora hocico con que me alimento del aire y de los animales, en un orden primitivo. Y mis oídos son más finos. Nunca antes escuché el amanecer ni el amor de dos pájaros. Nunca antes había dejado de escuchar. Sólo nos mueve el instinto, natural y bueno. Sólo la Luna es mi dios. Perfecto salvajismo. Aúllo. Ya no preciso de palabras para expresar el patetismo.

2.12.2011

Marea

Me marea el orden inamovible, la estructura encuadrada de cimientos dogmáticos. Es una brutalidad contenida que sólo se percibe desde dentro. El exterior parece calma, a veces incluso belleza. Odio que se queda en náuseas. Tu interior se convierte en un volcán, de lava de esperpentos. La contención que en un principio fue templanza son ya cascadas de rabia. A veces pienso que lo único que nos dará la libertad será vivir en un estado salvaje. La práctica del amor en las formas más primitivas.

¿Es la razón la que nos condena? Parece que sí. Pero no la conciencia, pues somos expertos en eludirla.
Me pregunto cuándo llegará el momento en que las palabras "hombre" y "paz" puedan existir sin excluir.

En memoria de Daddy
Incluso en un tornado, o el hecho más brutal de la naturaleza, hay un sentido de equilibrio. Se me asemeja el hombre entonces un elemento azaroso y cruel: Introductor del caos en el perfecto orden del cosmos.

2.07.2011

Silencio

Escucho cómo pasa el tiempo. En el silencio no sé nada. Ahora el Sol calienta mi espalda, y mi cara. A veces me invade la calma y me pregunto si es esto la felicidad.

Sigo sin saber. Ni si quiera cómo soy, cuando no me miras. Me hundo en la observación. La contemplación de comportamientos ajenos me hacen desear formar parte de la nada. Espero tu mirada. El mundo ahora es un tornado de acontecimientos, y estoy paralizada. Sólo se mueven mis ojos, que te buscan. Cuerpos en descomposición, gusanos, putrefacción. Esencia muerta. Degrado nuestros recuerdos, hasta convertirlos en otros. Repaso cada instante.

Nunca te acaricié.

2.02.2011

Dulcinea

    Y sólo me sirve el aire
    si es de tu boca...

Aferradas mis manos a tu espalda, sudada de amor. Piernas que se enredan, para perderse en curvas de alboroto. La mayor exquisitez carnal. Sumergida en tu pelo anido las ideas. Parece el tiempo llegar a su fin en cada beso. Pecho con pecho. No hay abrigos, ni hay corazas, ni hay recuerdos. Sólo el momento, hasta lo más hondo. Toda pasión materializada parece insuficiente, fugaz, es por eso que aspire a ser eterna. Palabras susurradas se vuelven reflejo de las ansias de aquello que nunca acaba. Bailar en la noche como animales, la danza más primitiva. El roce derrite la piel en riadas de miel, que fluyen. Desde la nunca hasta los pies. Nadamos además en cascadas de saliva. Melodía de respiración acompaña cada movimiento en una canción sin fin. Incluso el elogio de lo soez se convierte en las más sublimes palabras. Hasta las pestañas tiemblan, pero no importa. Ahora el éxtasis esconde el secreto de la felicidad. Elixir de la vida. Me pierdo en cada uno de tus rincones, que aún no conoces. Recorro uno por uno tus lunares, sin miedo a borrarlos.

    ...y ni si quiera lo has notado