Afuera el cielo se hace estruendo, espontáneo. Podría ser uno de esos días perfectos en los que se acaba el mundo. El ruido, follando con las partículas que ensucian el aire, estremece los cristales de cada ventana, de cada cuarto amargo. Abiertas de par en par, como al infinito, dejan entrar al caos educadamente. Parece que han hecho buenas migas.
- Será una larga visita, de esas que te hacen perder el sentido de la intimidad- pienso, mientras me limito a contemplar la escena perpleja sobre mi cama de paja.
Aquí dentro, suena simple el aleteo de una mariposa ciega, que no encuentra la salida. Suena la nada más que nunca. Y tras las paredes de esta jaula, ha desaparecido la música histriónica de los coches, de las sirenas, de la puta e infinita obra de enfrente (la de siempre), de las persianas que suben y bajan mareadas, y de los perros también. Hasta la música de las gentes ha desaparecido. Lluvia, suena la lluvia, aunque no se ve. Quizás sea el viento melancólico, confundido y enajenado (el de siempre). El pobre se ha enamorado.
Y en el primer instante de la última hora, se revuelcan en mi cabeza todas las ideas, de lo que quedó por hacer. De lo que nunca llegó a ser. Las ideas; que actúan como castigo del hombre, por ser hombre. Si por un momento pudiéramos, si por un momento dejásemos que fueran, sin duda desparecerían todas las religiones. Seríamos seres terrestres, descompuestos de aspiraciones y pasiones potenciales. No habría sueños en cautividad, sino reflejo directo de voluntad natural. No se lamentarían lo poetas locos en su lecho de muerte, de lo que vendieron al olvido internado. No tendrían miedo a perder la guerra de los ciudadanos.
No, si en el momento en que pudimos (debimos), hubiéramos desabrochado cada uno de los corazones revolucionarios.
Me pregunto si aún hay tiempo para reescribir el libro perdido de la libertad individual.
Fantástico.
ResponderEliminarNo habría sueños en cautividad, sino reflejo directo de voluntad natural
Muy muy intenso, me ha encantado, te cautiva y te desarma.
ResponderEliminarLost, te atreves?
ResponderEliminarVolianihil, aunque a veces la intensidad nos desespera a más de uno. Un saludo
Aún hay tiempo de reescribir el libro perdido de la libertad individual. Libertad necesaria y solitaria , libertad presente , olvidada y enajenada por el silencio que la consume flemáticamente , esperando ella a que alguien cese su combustión celérica. ¿ Alguien se atreve a parar tal ejecución infame?
ResponderEliminarFirmado : Bertolt Brecht
Brecht, veo que a ti este libro también te inspira. Un saludo
ResponderEliminarAún no te había leído... pero eres alucinante ¡Me encanta! Muy profundo, muy intenso, muy sentido... Me encandila tu forma de escribir, el léxico, esos paréntesis en su sitio justo, he disfrutado leyéndolo y creo que eso es todo lo que un escritor puede pedir a sus lectores.
ResponderEliminar¡Sigue así!
PD: Soy María ;)
María, cómo me alegra que hayas disfrutado leyendo, sí es verdad que es de lo mejor que se puede decir a un escritor...eso, y que te llamen escritor!¿Sabes que hay gente esperando tu novela verdad? Un saludo
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