A veces me invade la calma y me pregunto si es felicidad lo que siento. Sólo a veces.
Escucho cómo pasa el silencio, y el tiempo. No sé nada. Ni si quiera cómo soy, cuando no me miras. Me hundo en la observación. La contemplación del comportamiento ajeno suele hacerme desear formar parte de la nada. Espero la señal, esa que sólo nosotros sabemos. O quizás tú tampoco sepas nada. El mundo es un tornado de acontecimientos y estoy paralizada. Me limito a mover mis ojos, que te buscan. Ven cuerpos en descomposición, también mentes, gusanos, putrefacción. Esencia muerta.
Repaso cada instante, degrado nuestros recuerdos hasta crear nuevos.
Nunca te acaricié
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