Tic, tac, tic, tac. TIC, TAC. Entonces me doy cuenta. No existe el tiempo. Cuenta atrás. Resulta que es sólo una percepción. Esperamos que llegue, tememos que pase. He escuchado que algunos incluso venden su alama al diablo, o al mismísimo Dios, para ganarle la batalla o al menos serle más esquivos: escapistas de la sentencia inevitable. Vivimos contando el tiempo, de una manera u otra.
Y es tan solo una ilusión. El cambio es la respuesta. Lo universalizamos, llamándolo tiempo. Quizás para no tener que admitir nuestra naturaleza. Energía. Quizás aceptar que nuestra esencia no es más trascendente que la del resto cambiaría nuestra percepción de los...días.
Siempre he querido parar el tiempo, pero no para vivir más tiempo, sino para ser capaz de dominarlo.
ResponderEliminaryo hace pocos años que no pienso en el tiempo futuro,sólo en el instante que estoy viviendo
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