Llego a casa y me arranco la corbata. A veces incluso creo haberme llevado por delante también el cuello. Estoy desplomada en el sofá cagándome en todo, a veces en todos. O estoy muerta.
Enciendo la tele. Un nudo de saliva, tan grande como la Luna, me recuerda que sigo teniendo garganta. Aún no se ha desgarrado por los gritos, ni por el uniforme. Ni por mis manos ni por otras manos. Parece que esta bola de pasión amarga quiere decirme algo. Sigo muerta. Sí, el telediario. ¡Vaya caretos!
Crisis, cuarenta grados en Sevilla, aumenta la edad de jubilación y nieve en Pontevedra. Los diputados deciden mantener sus pensiones. Más crisis y fútbol. En diez años cada trabajador deberá mantener a cuatro jubilados, y más fútbol. Aznar recibe un sueldo vitalicio de ochenta mil al año por haberse follado a Bush ¿o fue al revés? Irakies y madrileños, muertos. Top models y ochenta mil más para González, ¡viva la democracia! Nos estamos dando de hostias por un café y un cigarrillo, y en Inglaterra, Grecia, o Roma barricadas. Por su puesto, crisis. El Sáhara, Egipto, Canadá, Brasil, Venezuela, Cuba, España, Afganistán, Palestina.
Sigo tirada en el sofá, dejando de ser...
¿Hasta dónde debemos practicar las verdades?
Mira que te tengo dicho no mires el telediario...en fin, ya he vuelto a subir la imagen.
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